LA MENTE SOBRE EL LIENZO
—VIATRIS FUNDACIÓN PARA LA SALUD
El Arte como un espejo de la condición humana
"La interrelación entre salud mental y arte ha sido un tema de gran interés tanto en el campo de la psicología como en el de la historia del arte. A lo largo de los siglos, algunos de los artistas más influyentes han sufrido enfermedades mentales, y su trabajo refleja de manera profunda y a menudo desgarradora su lucha interna. Desde la antigüedad hasta nuestros días, el arte ha servido no solo como un medio de expresión personal, sino también como una forma de aliviar el sufrimiento psicológico con el mundo exterior.
La relación entre salud mental y arte es compleja y multifacética. A lo largo de la historia, muchos de los grandes artista han luchado con trastornos mentales, y su trabajo refleja de manera profunda esta lucha. Si bien el sufrimiento mental puede ser devastador, también puede servir como un catalizador para la creación artística. El estudio de esta relación no solo enriquece nuestra compresión del arte sino que también nos ayuda a humanizar y desestigmatizar las enfermedades mentales, abriendo el camino para una mayor empatía y aceptación en nuestra sociedad."
—Viatris Fundación para la Salud


"Un Mundo", Ángeles Santos (1929, Valladolid)
Análisis de las obras


"Guernica", Pablo Picasso (1937, París)
"Cueva de Guanches", Óscar Domínguez (1935, Tenerife-París)




"Enigma sin fin", Salvador Dalí (1938, Girona)
Acceso a la noticia (Europa Press)
En 1929, en una España donde ser mujer significaba tener que enfrentar limitaciones que impedían la expresión artística, las inquietudes y creatividad de una joven de 18 años rompió con las convenciones.
Ángeles Santos, sin formación académica ni exposición a las corrientes artísticas más influyentes del momento, creó su obra más emblemática: "Un Mundo".
Esta obra se vinculó al momento al realismo mágico y surrealismo de la época, debido a que comparte muchas características de estos movimientos, invitando a explorar las profundidades del subconsciente y la psicología. Este halo de misterio y simbolismo, propios del psicoanálisis, evocan mundos desconocidos que parecen surgir tanto de emociones internas como de una imaginación ilimitada.
—Quería contarles a los habitantes de Marte cómo era mi mundo, todo lo que había visto —comentó la autora en su día.
En un lienzo de 3x3, regalado por su padre, podemos observar cómo la autora huye de lo circular hacia lo cúbico, representando en el núcleo de la obra 3 planos, pertenecientes a distintas fases de la vida, o del día mismo.
En la parte superior, vemos un mundo infantil e idílico. Figuras angelicales se acompañan de un espacio de luz y pureza abierto a la inocencia y al juego.
En la parte intermedia, a la derecha, las figuras están inmersas en labores mundanas. El trabajo y la responsabilidad protagonizan la escena.
En la parte inferior, la oscuridad de la noche envuelve la escena. Aquí se observan imágenes de peligro, enfermedad y muerte, poniendo fin a la tranquilidad del día, o del mundo.
La vida de Óscar Domínguez (1906-1957) resulta fascinante: pintor, estafador, escultor, falsificador de cuadros, ilustrador, amante de aristócratas parisinas, viajero de guerras, y más.
Fue hijo único de un padre terrateniente, adinerado, que acabó en la ruina. Óscar fue un niño travieso y rebelde, siendo educado por una criada con aficiones de brujería. A los 5 años sufrió Corea de Sydenham, con fiebre reumática. Además, de adulto padeció acromegalia, una enfermedad poco común que afecta en los niveles de hormona del crecimiento. De adulto, esta enfermedad puede no solo causar cambios morfológicos en cara, manos o pies, sino acarrear con dolor articular, fatiga, cefaleas, disfunción eréctil, entre otros. Y también existe relación entre acromegalia y esquizofrenia.
Con esto, las obras del Óscar tenían un aspecto sustancial en la existencia: la enfermedad.
En su actividad como artista, fue considerado como el tercer gran nombre del surrealismo español, tras Miró y Dalí. Fue amigo de Picasso, con el que siempre quiso que se compararan sus obras, y protagonizó episodios disparatados entre artistas de la época , con días y noches de consumos excesivos de sustancias.
En "Cueva de Guanches", podemos ver diferentes planos de la realidad. En el plano superior, un pescador con una caña de la que parecen colgar el resto de planos, junto a un abrelatas. La literatura museística ve en el abrelatas "el punto de conexión entre los diferentes estratos mentales". En los planos inferiores (segundo o tercero o cuarto plano), vemos un conjunto de figuras, sin tener claro si son humanos o animales, pero con una posible representación de aspectos del subconsciente.
Sin poner etiquetas sobre el estado de salud mental que acompañó a Domínguez y a su obra, lo que sí que podremos decir es que es un cuadro que busca abandonar la reproducción de la realidad: emociona, impacta y seduce.
Finalmente, la vida de Óscar acabó tras una noche de fiesta del 31 de diciembre de 1956 en casa de la vizcondesa Noailles, con invitados como Max Ernst. Óscar no volvió a casa esa noche. A la mañana siguiente, la anfitriona le encontró en el suelo del baño, junto a botellas vacías de alcohol y las venas cortadas.
Un triste final para alguien que pudo estar cargando con una serie de enfermedades en la misma mochila en la que guardaba la genialidad del artista.
Ángeles Santos enfrentó muchos desafíos personales en su vida. En 1936, durante la Guerra Civil Española, vivió un episodio crítico que la llevó a ser ingresada en una institución psiquiátrica por causas no claras. A pesar de esta experiencia, siguió pintando, pero cambiando su estilo para siempre.
La Dra. Rosa Molina, psiquiatra, habló de aspectos de la psique de la autora reflejados en "El Mundo". Por ejemplo, el mundo caótico e ilógico lo relaciona con una posible expresión visual de la ansiedad existencial, con el temor y la angustia que surge al enfrentarse a las preguntas fundamentales sobre la vida y la muerte. Las figuras dispersas y separadas, menciona, serían reflejos de sentimientos de soledad o desconexión emocional del mundo. La fragmentación que de la identidad y la percepción del yo, provocados por tensiones de su vida personal como por las propias de la época, también estarían presentes en la obra. La dualidad entre la vida (tierra luminosa) y la muerte (cielos oscuros) podrían dar parte del miedo a la muerte, o de la lucha interna entre la vitalidad y la desesperanza.
Finalmente, este mundo distópico permite reflexionar sobre los peligros de una sociedad que prioriza el control y la uniformidad sobre la autenticidad, libertad y conexión humanas. Un espejo que muestra tanto el mundo de entonces como el posible actual, marcado por crisis ambientales, polarización y desasosiego emocional.
Analizado por la Dra. Rosa Molina.
Analizado por el Dr. Miquel Roca.

Esta es una obra llena de sombras, con una gama cromática, oscura, fantasmagórica e irreal. Es un viaje al corazón del método paranoico-onírico, la técnica surrealista que Dalí definió como su arma para desentrañar las profundidades del inconsciente.
Dalí trata de pintar lo imposible, retratar los sueños, anhelos y temores con el máximo realismo y minuciosidad técnica. Crea un estado de confusión mental en el que los significados aparecen y desvanecen, como en los sueños, donde la lógica y la razón se desdibujan. Dalí no busca la belleza formal, sino la representación de la realidad interior, del mundo de los sueños y de las obsesiones.
La obra evidencia la influencia de la psicología de la Gestalt, donde la percepción humana no es una suma de elementos aislados, sino un todo organizado y significativo mayor. Nuestro cerebro no percibe el mundo de forma fragmentada, sino que lo integra en un todo que llena de sentido.
El cuadro se organiza en una serie de planos y elementos dispersos, que se vinculan por la proximidad espacial y la similitud de colores y formas. Se crea un flujo dinámico que atrae la mirada del observador, guiándolo a través de un laberinto visual.
La exploración del subconsciente y rechazo a la razón propias del surrealismo fueron un faro para Dalí. El autor, con su búsqueda de la imagen onírica, se acercó al psicoanálisis de Freud y Lacan. En su obra, de aparente caos, se revela una estructura subyacente, una lógica inconsciente que se oculta tras la desintegración de la realidad. Una metáfora de la relación entre el inconsciente y el lenguaje, entre el deseo y la estructura.
Analizado por el Dr. Guillermo Lahera.
El artista reconocía su fascinación por los estados mentales alterados. Creía y quería estar loco. Su obra es una poderosa exploración de la mente humana, una invitación a mirar hacia adentro y a cuestionar la propia percepción de la realidad. Esa visión de la locura era la base de su personaje estrafalario, megalómano y exhibicionista.
Finalmente fue conocido por su carácter excéntrico y egocéntrico, incapaz de establecer relaciones interpersonales profundas y estables. Escandalizó hasta a los surrealistas, fue un provocador total y creía que toda su época se nutría de sus ideas.
Pablo Ruiz Picasso (1881 - 1973) no necesita grandes presentaciones. Pintor de fama internacional, con una personalidad extrovertida, impulsiva y narcisista. Nunca llegó a encontrar la estabilidad emocional en sus múltiples relaciones con las mujeres.
"Guernica" es una de las obras pictóricas capitales del siglo XX y una denuncia a los horrores de la guerra. La obra fue encargada a Picasso, por parte del Gobierno republicano de España, para denunciar el alzamiento contra la República y la Guerra Civil y ser expuesta en la Exposición Internacional de París de 1937. La idea inicial de Picasso cambió al enterarse del bombardeo en Guernica por tropas alemanas e italianas, con la conveniencia de Franco, el 26 de abril de ese mismo año. Entonces, Picasso realizó la obra en tiempo récord, pero no dejó de ensayar bocetos por secciones que Dora Maar fotografió para la posteridad.
El "Guernica" es hoy un símbolo antibelicista universal, más allá del contexto del bombardeo de la ciudad que le da nombre. Entre los elementos de la obra podemos ver personas, animales y edificios en el contexto de la destrucción. El cuadro refleja la desesperación, el desamparo y el desgarro de las víctimas de la guerra. Podemos encontrar a una mujer llorando la muerte de su hijo, que lleva en brazos. Símbolos con relación a la tauromaquia y a una España herida tras una guerra (en la herida del caballo central). Pero también, si nos detenemos, podemos encontrar briznas de esperanza en una flor que se dibuja en la parte inferior y central de la imagen.
Sin duda, "Guernica" es capaz de evocar multitud de sentimientos. Si alguna entidad psiquiátrica nos viene a la cabeza contemplándolo, estas serían el estrés agudo y el trastorno de estrés postraumático (TEPT). El estrés agudo se acompaña con frecuencia con estados disociativos, conocidos como "estados de shock", que también fácilmente se pueden extraer de esta obra.
Analizado por el Dr. Eduard Vieta.
NOTA: Este texto ha sido elaborado a partir la información recogida del libro 'La Mente sobre el Lienzo', realizado por Viatris Fundación para la Salud.
En 1929, en una España donde ser mujer significaba tener que enfrentar limitaciones que impedían la expresión artística, las inquietudes y creatividad de una joven de 18 años rompió con las convenciones.
Ángeles Santos, sin formación académica ni exposición a las corrientes artísticas más influyentes del momento, creó su obra más emblemática: "Un Mundo".
Esta obra se vinculó al momento al realismo mágico y surrealismo de la época, debido a que comparte muchas características de estos movimientos, invitando a explorar las profundidades del subconsciente y la piscología. Este halo de misterio y simbolismo, propios del psicoanálisis, evocan mundos desconocidos que parecen surgir tanto de emociones internas como de una imaginación ilimitada.
—Quería contarles a los habitantes de Marte cómo era mi mundo, todo lo que había visto —comentó la autora en su día.
En un lienzo de 3x3, regalado por su padre, podemos observar cómo la autora huye de lo circular hacia lo cúbico, representando en el núcleo de la obra 3 planos, pertenecientes a distintas fases de la vida, o del día mismo.
En la parte superior, vemos un mundo infantil e idílico. Figuras angelicales se acompañan de un espacio de luz y pureza abierto a la inocencia y al juego.
En la parte intermedia, a la derecha, las figuras están inmersas en labores mundanas. El trabajo y la responsabilidad protagonizan la escena.
En la parte inferior, la oscuridad de la noche envuelve la escena. Aquí se observan imágenes de peligro, enfermedad y muerte, poniendo fin a la tranquilidad del día, o del mundo.
Ángeles Santos enfrentó muchos desafíos personales en su vida. En 1936, durante la Guerra Civil Española, vivió un episodio crítico que la llevó a ser ingresada en una institución psiquiátrica por causas no claras. A pesar de esta experiencia, siguió pintando, pero cambiando su estilo para siempre.
La Dra. Rosa Molina, psiquiatra, ha hablado aspectos de la psique de la autora reflejados en "El Mundo". Por ejemplo, el mundo caótico e ilógico lo relaciona con una posible expresión visual de la ansiedad existencial, con el temor y la angustia que surge al enfrentarse a las preguntas fundamentales sobre la vida y la muerte. Las figuras dispersas y separadas, menciona, serían reflejos de sentimientos de soledad o desconexión emocional del mundo. La fragmentación que de la identidad y la percepción del yo, provocados por tensiones de su vida personal como por las propias de la época, también estarían presentes en la obra. La dualidad entre la vida (tierra luminosa) y la muerte (cielos oscuros) podrían dar parte del miedo a la muerte, o de la lucha interna entre la vitalidad y la desesperanza.
Finalmente, este mundo distópico permite reflexionar sobre los peligros de una sociedad que prioriza el control y la uniformidad sobre la autenticidad, libertad y conexión humanas. Un espejo que muestra tanto el mundo de entonces como el posible actual, marcado por crisis ambientales, polarización y desasosiego emocional.

